miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Mujer del Arquitecto. Leyenda de toledo

El puente de San Martín, que antaño servía de acceso a una de las puertas de entrada a la muralla toledana, fue levantado en el siglo XIII en sustitución de otro que hubo más abajo, cuyos restos son aún visibles y que fue destruido por una gran crecida del Tajo (se encuentra en el paraje conocido como La Cava, lugar de otra conocida leyenda toledana)

La construcción, que tuvo que ser restaurada con frecuencia en siglos posteriores, está catalogada como un buen ejemplo de arquitectura militar de la época. Se llega a ella desde la zona conocida como "la Coracha", un término militar de la Edad Media procedente del árabe (como tantas otros lugares de Toledo) con el que se denominaba el espolón de muralla o cortina amurallada que, saliendo de la misma, por lo general de una zona avanzada partía en terreno en dos hasta llegar a un río o precipicio de manera que impedía el sitio total de una ciudad y permitir a los sitiados llegar a una fuente de agua. Cuenta este puente con robustas torres, así como airosos arcos que salvan el cauce. Sobre la clave central de uno de ellos, en un hueco tapado por la vegetación que ha ido creciendo espontáneamente en los resquicios de las piedras, se encuentra una hornacina que guarda la talla de una mujer, protagonista de una hermosa leyenda.

Habían pasado más de treinta años desde que el puente quedara muy dañado durante las contiendas entre Pedro el Cruel y Enrique de Trastámara, cuando el arzobispo Tenorio decidió acometer una ambiciosa reforma de la obra y mandó llamar al mejor arquitecto de la época, que al poco tiempo llegó a la ciudad y comenzó su tarea con verdadera pasión.

El ahínco de los obreros y el apoyo de los toledanos, deseosos de ver concluida la edificación, hizo que llegara el día en que ésta tocaba a su fin. Pero la tarde anterior a la fecha en la que debían quitarse los andamiajes que sujetaban la obra, el arquitecto se mostraba muy preocupado y, al llegar la noche, salió de su casa sin querer dar ninguna explicación a pesar de las preguntas de su esposa.

Cuando regresó estaba pálido como un muerto y se encerró en su estudio llorando desconsoladoramente. Ante la insistencia de su mujer, por fin accedió a explicar que había cometido un gravísimo error de cálculo, y que en el momento que se quitaran los andamios para inaugurar el puente, éste se vendría abajo con todos los que estuvieran sobre él. Tampoco era capaz de acudir al arzobispo a contarle lo que había sucedido porque la noticia correría por todo el reino y jamás volvería a encontrar trabajo. Tras su confesión, continuó llorando amargamente y la mujer estuvo un rato pensativa hasta que, con gran resolución y viendo todo su futuro y el de su familia en entredicho, cogió una tea y salió de la casa.

Era una noche tormentosa y, ocultándose de trecho en trecho, la esposa del arquitecto logró llegar al puente y, temblando de miedo, prendió la tea y la lanzó sobre los maderajes que servían como armazón. Al principio parecía que la lluvia iba a apagar el fuego, pero por fin éste se extendió y la mujer volvió a su casa dejando a sus espaldas los andamios envueltos en llamas.

Un rato después, los toledanos pudieron escuchar un gran estruendo que al principio atribuyeron a la tormenta. Pero al día siguiente vieron con gran desengaño que todas las maderas se habían quemado y el puente se había derrumbado sobre el río. Naturalmente, pensaron que la culpa había sido de algún rayo y, de inmediato, el arzobispo encomendó al arquitecto que iniciarán de nuevo las obras, que se concluyeron con cálculos perfectos.

Tras la inauguración, la mujer del arquitecto, que no tenía la conciencia muy tranquila, pidió audiencia al arzobispo y le contó lo que había sucedido. El prelado, sorprendido por el valor y la nobleza que había demostrado intentando salvar a su esposo, no sólo guardó el secreto, sino que rindió su homenaje personal a la mujer mandando colocar la talla que aún permanece en el puente y que todos los visitantes pueden observar hoy en día.

2 comentarios:

rosaaguado dijo...

que bonito es ellll puente¡¡¡¡¡¡¡

Eric dijo...

jaja si